Desde su
espacio, Marcos Sánchez nos propone este tema:
“¡Bienvenid@s a la convocatoria del
Reto de los Jueves: Cada jueves un relato!
Con este reto del jueves 29 de
febrero doy continuidad al que preparó Mag el jueves pasado.
Me hace ilusión empezar aquí mi
primera experiencia como organizador de esta convocatoria que espero sigáis el
mayor número posible de participantes. ¡Venga, ánimo!
Bueno amig@s, se trata de un
reto explorador, relacionado con la aventura de viajar y
no de realizar un viaje corriente sino de hacer un descubrimiento,
cualquier hallazgo que pueda tener un valor para:
–
Descubrir huellas de otras civilizaciones
– La investigación de un crimen
– Localizar los restos de un naufragio
– Hallar a una persona desaparecida
– Encontrar un mensaje en una botella o en cualquier otro sitio
En todos los casos la búsqueda debe implicar un desplazamiento a otro
lugar, la realización de UN VIAJE, ya sea de corta o larga distancia.
Ejemplo: estás tomando un café y de repente se te
ocurre una idea para organizar una búsqueda que anime tu vida.
En cualquiera de los casos hay que mencionar:
Un deseo de la infancia que esté
presente en algún momento del relato…”
Enigma mortal
Soy Eón
Parsec, detective del ciberespacio en el asteroide. En una simulación, estoy
cumpliendo mi sueño infantil.
Dina Newton, mi
reciente secretaria, me comunicó que tenía un caso para resolver un crimen.
-Su contacto lo
espera en la escena del crimen–contestó ella- Lo esperan
Tendré que arreglar
ese trato tan formal, pero no era el momento.
Me encontré con
Gaia Gaiger, quien personificaba a una periodista de policiales. Ella me hizo
pasar al departamento, diciendo que no tenía mucho tiempo.
En el departamento,
estaba el cuerpo de un hombre. Sentado a
un escritorio lleno de papeles, a los que había manchado con su sangre. Y una
clase de rompecabezas.
Me encargué de
fotografiar la escena, todo lo que me parecía importante.
Entonces, aparecieron
fui expulsado del lugar, por los típicos policías que no quieren que un
investigador privado se meta en sus asuntos.
Tuve varias entrevistas
con mis informantes, que no derivaron en algo concreto. Frustrado, fui a. tomar
un trago, en un bar.
-– Me cuesta mucho
adaptarme a tus fantasías infantiles -–me dijo Gaia Gaiger, en otra de sus
personificaciones- Así que exijo resultados.
- Fue por dinero,
de la clase que circula por acá –dije señalando todo mi alrededor- Pero el
muerto no se destacaba, sólo le gustaban los enigmas.
-Los enigmas pueden
ser significativos en…este lugar –me contestó-
Necesito que vuelvas al trabajo.
Era un ultimátum.
Volví a mi oficina,
para comentarle el caso a mi secretaria, quien había adquirido información
clave.
-Dina, ¿tenés
alguna idea de cómo se genera el dinero que se usa en…nuestro ámbito?
-En forma similar a
como lo hacían en la Tierra. Las redes cibernéticas de entonces distribuían
enigmas. Cuando una computadora lo resolvía, se creaba una unidad monetaria
virtual.
-Ahora estamos en
una red más avanzada.
-Así es jefe –contestó
Dina- Somos como esos programas.
-Y como el muerto.
Que dejó un acertijo, a punto de resolver.
-Deje que lo
intente –contestó Dina Newton, mi eficiente secretaria. Quien hizo un gran
avance en la resolución del acertijo.
Tenía la dirección,
en un hotel Entré a la habitación de ese hotel, con una llave ganzúa. Y abrí
una caja fuerte, con clave, encontrando un gran diamante.
Luego tuve una huida,
no muy heroica, pero efectiva. Luego de
despistar a mis perseguidores, fui a visitar el antro en que baila Zhora
Salomé.
Ahí me encontré con
Gaia Gaiger, a quien le expliqué le entregué el diamante, que representaba un
Ciber áureo.
- Por esto
asesinaron al cripto descifrador –le expliqué- Esperaba poder completar el
acertijo, pero yo me anticipé.
-Te daremos un
porcentaje. El Ciber Áureo está bien valuado, así que será más de lo que
merecés.
Gaia se fue yendo,
con una actitud desdeñosa.
-Pudo haber sido
peor. Tenían el plan de duplicar la fórmula para crear el dinero -agregué- Un
equivalente de la falsificación de dinero
Por un momento,
Gaia G
-Eso habría
devaluado la moneda –dijo Gaia, alarmada- Suena a una conspiración.
-Podría llegar a
algo más, por algo más de recompensas.
-Este ya no es tu
caso –me dijo Gaia, ya fría y calmada- Te conviene ser discreto.
El caso había
terminado para mí, sin conocer a los asesinos materiales. Y no recibiría un
reconocimiento.
Aunque Gaia me
había dejado una recompensa. Ser recibido por Zhora, en su camerino.
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