“Las prisas parecen ser unas compañeras
inseparables en estos tiempos, las prisas unidas a la inmediatez. Todo lo queremos
en un segundo y de la misma forma en que lo obtenemos en segundos también
pierde nuestro interés. Las prisas dan lugar a más de un accidente y a más de
un incidente. Las prisas son muchas veces causa de risa o de llanto. Mi
propuesta para este jueves va por aquí. Os invito a escribir sobre anécdotas,
malentendidos... todo ello provocado por las prisas, pueden ser reales o
inventados, o modificados, o lo que queráis. Perdonar mi tardanza pero hoy
estaba muy estresada, no veáis que lio tengo ahora con tantas prisas....”
El incidente del tintero
Al despertar, Alejandro Escaleta vio a
su amada Roxana Frigia, vestida únicamente con una bata roja. Traía una bandeja
con dos capuchinos y unas facturas de dulce de leche.
-Hoy no hay prisas –le dijo ella- Hoy
quiero disfrutar de un desayuno en la cama.
-¿Hay algo más para disfrutar?-preguntó
Alejandro.
-Después del desayuno.
Roxana se quitó la bata. Y sucedió algo
intenso. Luego quedaron abrazados, íntimamente juntos.
-¿Qué es lo que festejamos?
-El éxito de nuestra Duality. Y la
placidez, en dejar los rencores contra la mujer fatal.
-Eso me gusta –concluyó Alejandro-
Pero nos quedamos sin una motivación para las historietas.
-Podemos recurrir a nuestra vida
personal. Contáme lo que hacías antes de conocerme.
-No hay mucho. Participaba en un
fanzine con alguna gente mediocre. Y con Víctor Peril.
-¿El de los chistes, que está con esa
chica del clima, la rubia llamativa?
-Ese mismo.
-¿Por qué no me lo contaste antes?
-No fue una experiencia satisfactoria –comenzó
a contar Alejandro.
“En ese entonces, era malo para
escribir guiones. Me insistió para que yo se los escribiera. Fue un fastidio,
no paraba de pedirme cambio al argumento.
Casi no quedaba tiempo, cuando me lo
aceptó. Y se complicó cuando tuvo la idea de dibujar a unos gatos que saltaban
a su casa. Por eso, salió al patio con la mesa de dibujo.
Entonces, un gato saltó a la mesa. Y
tiró el tintero sobre la historieta, que
casi estaba terminada. No se salvó ni una página.
Por eso, tuve que terminar una historieta,
que casi había descartado. En unas hojas demasido grandes, para la imprenta más
cercana. Tuve que correr para encontrar un lugar que tuviera una fotocopiadora,
scanner, para ese tamaño. Y llegué a tiempo, pero la historieta salió muy fea”
Roxana acarició a Alejandro, que tenía
una expresión de molestia.
-¿Y qué pasó con las historieta que
dibujo Víctor?
-Me las regaló el muy sinvergüenza.
Pero no son recuperables
-¿Por qué no le envías el guion? –sugirió
Roxana- Esa historieta merece ser conocida, en una mejor versión.
Alejandro se dispuso a buscarla. Roxana
lo detuvo.
-Después. Como te dije, hoy no hay
prisas.
Más prisas en MOLI DEL CANYER
Conozco lo de apresurarme, para entregar un dibujo o historieta a último
momento. Lo del gato y el tintero es algo que pudo pasarle a alguien más.
Para combinar estas anécdotas en un relato, recurro nuevamente a Los
Frigia, en lo que podría considerarse el comienzo de la segunda temporada.