Dorotea nos propone escribir finales sorpremdemtes para cuentos de hadas.
La maldición de Morgaine le Fey
La historia comienza como lo comtarán generaciones
fiuturas. Luego de años de esperar, el rey y la reima anuncian el
nacimiento de una hija, a la que llaman Talia.
Meses después, llega el momento del anuncio
ceremomial, en un banquete, con invitados ilustres. Lo que implica invitar a las hadas del reino. Algo perturbador, ya que las hadas son tan amadas como temidas, pueden otorgar dones como maldiciones.
No toleran las ofensas, lo que
a veces es difícil evitar. Y una de ellas es Morgaine le Fey, cuya influencia
anticipó la caída se Camelot. Como los reyes se consideran descendientes del
rey Arthur Pendragon, no la invitan
Las hadas son recibidas con toda ceremonia, pero
están ofendidas. En el momento de otorgar los dones, convocan a Morgaine, bella
y temible. Cuando llega su turno, lanza una maldición en feérico. El hada de
aspecto más benevolente, Melusine, dice atenuar esa maldición.
Y sucede aquello cuentan las historias. Melusina
llega para hechizar a los habitantes del castillo. Dormirán para acompañar a la
princesa Talia. Pero el hechizo excluye al rey y la reina.
El tiempo pasa, hay guerras de sucesión, la
historia se distorsiona.
Un príncipe guerrero, con conocimientos de magia,
llega hasta Talia. Atractiva en su sueño. E indefensa.
Y entonces sucede lo que las historias no cuentan.
Morgaine aparece diciendo que le revelará como
despertar a la princesa. O le otorgará su amor.
El príncipe ve a la belleza ingenua de la princesa.
Y a la seductora Morgaine. Un momento después, hay escenas muy intensas. Mientras
que Talia sigue dormida.
Las otras hadas están felices por reivindicar a Morgaine le
Fey.
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