Mia Thermopolis es una adolescente común, poco agraciada y acostumbrada a pasar desapercibida, que vive con su madre pintora y su gato en una estación de bomberos reacondicionada en San Francisco. La vida de la joven cambiará por completo cuando entra en su vida su abuela paterna, a quien no conocía y que resulta ser la reina de Genovia, una pequeña y pintoresca nación europea. La Reina Clarisse le revela que ella es la princesa heredera al trono de dicho reino, derecho adquirido por nacimiento.

Mia, estupefacta, le pide explicaciones a su madre Helen, quien le cuenta que ella y su padre se conocieron y enamoraron en la universidad, pero se separaron cuando ella era muy pequeña pues él tenía que cumplir con sus deberes para con la Corona. Y aunque acordaron nunca revelarle sobre su condición real, la inesperada muerte de su padre complicó el panorama y puso en peligro el futuro del trono y de Genovia como nación.

Es así como, después de la sorpresa inicial de Mia, la Reina se fija como misión enseñarle a su nieta todo lo necesario para desempeñarse adecuadamente en su rol como princesa, incluyendo una transformación absoluta para ofrecer una apariencia y comportamientos dignos de la heredera al trono de Genovia. Pero a causa de este repentino cambio en su vida, Mia deberá enfrentarse a una inminente encrucijada, teniendo que decidir si quiere aferrarse a su antigua vida o abrazar la posibilidad de una vida futura completamente distinta de lo que había imaginado, pero para la cual no se sabe si está preparada.