Lo llevé conmigo allá donde fui como quien lleva una camisa invisible, o una prenda de ropa interior que solo uno conoce. Yo llevaba las hojas adheridas al cuerpo y hasta ahora no había sabido desligarlas. Despegarlas de mí y coserlas en un soporte que pudiera tocarse y leerse.
Un libro. Yo llevaba un libro escondido en las pestañas y ahora vengo, a esta que es y fue todavía mi casa deshabitada, vengo aquí a depositarlo. Un libro que alberga la mirada y el tacto. Los aguanta. Los soporta. Lo dejo aquí en cualquier estantería cubierta de polvo.
Me escucho respirar este pasado. Mi presente es otro.
Mi presente es este libro que dejo aquí abierto y sus palabras.
Si queréis seguir su pista esta es la puerta: UNA GRIETA ENTRE TUS PIES
Gracias. Ante todo, gracias.