Redondas como un atrapa sueños eran esas ruedas que tantas veces rodaron por Igriés.
Y todos tus sueños quedaron atrapados en sus radios una tarde de verano.
Me contaron que la sierra cobró una luz tan limpia que hasta el sol tuvo envidia de tanta claridad.
Y como pompas de jabón tus anhelos se esparcieron sobre el lomo del gigante de Guara.
El quebrantahuesos llora porque le arrancaron las alas de tu bicicleta y ese vuelo que alza cada mes de junio ya no será tan hermoso en tu ausencia.
En cambio tú supiste engranar un desarrollo tan increible que echaste a volar.
Sin hacer ruido.
Como siempre.
Cierro los ojos y te envío un beso dulce, grande, tan grande, que sé que llegará a su destino,
Aprendiza de risas
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