- Vengo a cambiar el cristal de mis gafas.
- ¿Miopía? ¿Estrabismo? ¿Hipermetropía...?
- Tristeza.
- ¿Tristeza?
- ¿Tristeza?
- Sí, llevo unos días ¡plof! y me han dicho que todo depende del cristal con que se mire la vida.
- Ya... sí... pero...
- No se preocupe, como siempre, del dicho al hecho hay un trecho.
- Siento no poder ayudarle...
- Tranquila, me las arreglaré... Todo fue un soñar...
Pienso que, entre revolver las penas con los minutos de la vida, soñar y optar por soluciones activas, lo más recomendable es la última opción.
Para quien esté con síndrome tristil, para quien necesite color en su vida, le recomiendo una excursión. Tiene que hacerla rápidamente. El otoño en su máximo esplendor de cromatismo nos saluda en estos momentos con las manos abiertas. Y para devolverle el saludo, en breve tenemos un "puente" genial de cuatro días, y si no lo tenéis, da lo mismo. El sábado o el domingo son buenos días para hacerlo. Pero no podéis dejarlo para más tarde. Este es el momento oportuno.
Os estoy hablando de ORDESA, un parque natural que hay en el Pirineo Oscense. Hay unas excursiones maravillosas, indicadas para todo tipo de personas, desde las poco habituadas a caminar, aquellas que tan sólo desean pasear y contemplar el paisaje, hasta aquellas personas deportistas y montañeras que pueden pasarse todo el día caminando.
Os dejo dos botones de muestra y, por supuesto, la cámara no puede captar lo que disfruta nuestra vista al natural.
Yo no recordaba haber visto un despliegue de ocres tan brutal como en esta excursión que hice el domingo. La mezcla de naranjas, amarillos, rojos y rojizos, verdes y marrones, contrastados con el gris de la roca, me volvió loca de placer. Comentábamos con un amigo que un pintor es incapaz de reflejar en un lienzo toda la gama de colores que había entre la hojarasca.
Hay una excursión muy chula a la Cola de Caballo. Hay varios itinerarios para llegar a ella, pero no os perdáis por nada el bosque de hayas... ¡impresionante! Es como zambullirte en una paleta y dar vueltas con el arco iris cálido de rojos y amarillos y emborracharte con sus mil tonalidades.
Escoger buena compañía y ¡hale! ¡¡¡A disfrutar del Pirineo otoñal!!!
(Estas fotos del Bosque de Hayas me las ha cedido uno de los amigos que hicieron la excursión conmigo. Las mías las dejé en casa de otro. Cuando pueda, las cambiaré y os pondré instantáneas de la Cola de Caballo, y de sus alrededores)