Julio Cortázar

"Un libro empieza y termina mucho antes y mucho después de su primera y de su última página" (Julio Cortázar)
"Mientras se puede dar no se puede morir" (Marceline Desbordes-Valmore)

sábado, 28 de enero de 2017

PAREJAS

“Father, father –mi hija con una noticia calentita-. En “first dates” un muchacho le acaba de confesar a su pareja que habrá leído como mucho un libro en su vida; a lo que la muchacha le ha respondido que ella en cambio sí ha leído ‘Cuarenta sombras de Gray’ y ‘Crepúsculo’”. De inmediato conecté con este programa para ver a dos prototipos de lo que podríamos llamar “bultos humanos”: el macho que entre los méritos que lo adornan se encuentra la alergia a la lectura, lo que esgrime como arma de seducción, y la hembra, por el contrario, que tiene en su casa la envidia de la biblioteca de Alejandría. La pinta de ambos, por supuesto, acorde era con su talla intelectual. Lo dicho: perfectos ejemplares de lo que es hoy la llamada de la selva, reconvertida en un plató de televisión en el que, en un alarde de inconsciente sinceridad, a sus participantes no les importa poner sus vergüenzas a la pública exposición. Y lo grave de esta desgracia es que estos especímenes son más numerosos de lo que queremos o nos engañamos en creer. La situación no será tan alarmante, nos decimos confiados en que se lee más de lo que las estadísticas desvelan, o pensando que la juventud (que ya empieza también a tener sus años) de nuestro país no puede verse reflejada en dos espontáneos que han acudido a un programa de televisión con el fin de ligar. Y sin embargo, las estadísticas no engañan y muchos jóvenes pueden perfectamente identificarse con esa pareja de “first dates”, en todos sus aspectos, hasta en los feromonales, quizá el único por el que destacarían y por el que participan en estos programas. En realidad, alguien debería abrirles los ojos y decirles que detrás de sus ignorancias se esconde la desesperada necesidad del otro, de un igual a ellos porque a no otra cosa pueden aspirar, si no es al fracaso que algunos ya han sufrido. Alguien debería decirles que un libro, que la lectura les devolverá la autoestima que hace tiempo seguro que perdieron. José López Romero.


sábado, 21 de enero de 2017

MUJERES

Si poco sentido, por no decir ninguno, tiene ya abrir la polémica de si existe una literatura femenina, menos aún lo tiene creer que para acercarse a la condición femenina habría que leer novelas escritas por mujeres. Grandes personajes como Emma Bovary o Ana Ozores, la regenta, por poner dos ilustres casos de heroínas decimonónicas creadas por hombres, desmontan cualquier teoría al respecto. Y para confirmar lo que estamos defendiendo, incluso para atrevernos a afirmar, yendo más lejos, que no hay mejor lectura sobre mujeres que la escrita por hombres, pongamos de ejemplo a Ángel Vázquez y las tres novelas que escribió. A Ángel Vázquez (Tánger, 1929 – Madrid, 1980) ya lo hemos traído a esta página en varias ocasiones porque es un escritor que, en nuestra opinión, merece urgentemente una reivindicación y un reconocimiento que aún, pese a sus publicaciones, no se le ha dado de forma unánime. Las tres novelas que escribió y publicó: ‘Se enciende y se apaga la luz’ (1962); ‘Fiesta para una mujer sola’ (1964) y ‘La vida perra de Juanita Narboni’ (1976), tienen como denominador común que sus protagonistas son mujeres, y como peculiaridad que por el mismo orden cronológico asistimos en la primera a una exultante joven Cristina; en la segunda, a una madura y espléndida Paula; y en la tercera, a una ya ajada y solitaria Juanita. De tal manera que podemos hacer un muy recomendable ejercicio lector sobre la condición femenina si leyésemos por ese orden las tres novelas citadas. Los titubeos y desorientación sufridos por Cristina, consecuencia de la educación recibida de su madre Isabel (otro magnífico carácter femenino de Vázquez), se convierten en seguridad, coqueteo con el peligro y cierto hastío en la madura Paula, para desembocar en la terrible soledad, en una decrepitud que nos anuncia una desolada vejez de Juanita. Con Tánger (ciudad natal del escritor) como fondo o incluso como un personaje más que imprime el carácter de sus habitantes (ciudad internacional, intercultural pero al mismo tiempo provinciana, con una separación muy clara de razas y clases sociales), las tres mujeres toman una postura distinta acorde con sus edades: más rebelde en Cristina, que empieza a cuestionarse el clasismo tan acentuado en su madre; actitud esta de Isabel que comparte Paula, que de ningún modo estaría dispuesta a renunciar a los privilegios de que disfruta por su posición social; mientras que en Juanita estamos ante un personaje en la decadencia plena: física, mental y, por desgracia, también social. Estos tres grandes caracteres femeninos dejan a los protagonistas masculinos en un segundo plano, como si fueran los complementos que utiliza Vázquez para redondear a sus heroínas: Julio, el padre de Cristina; Damián, el amante de Paula; o el padre de Juanita… La lectura de sus cuentos (‘El cuarto de los niños y otros cuentos’, ed. Pre-Textos) vendría a completar este repaso y el homenaje a la obra de Ángel Vázquez y sus personajes femeninos. Se lo debemos. José López Romero.


domingo, 15 de enero de 2017

RECOMENDACIONES

El regreso de Titmuss
John Mortimer. Libros del Asteroide, 2014
Esta segunda entrega de la trilogía es tan buena como la primera, ‘Un paraíso inalcanzable’, que no es poco mérito porque ya se sabe: segundas partes… John Mortimer, polifacético escritor que ha obtenido grandes éxitos como guionista para la televisión, vuelve aquí sobre su protagonista, Leslie Titmuss, en la cima de toda su buena fortuna, es decir, ya convertido en ministro de Territorio, Urbanismo y Fomento, el que fuera en su juventud chico que cuidaba del jardín de los Simcox y meritorio aspirante a un cargo político en el partido conservador inglés que ya ha conseguido. Su segundo matrimonio con Jenny Sidonia y un problema urbanístico nos hacen profundizar en la psicología del siempre escandaloso Titmuss, así como en las vidas de los habitantes de Rapstone Fanner, con ese acerado humor y fina ironía de Mortimer. Una novela para divertirse. J.L.R.

Ávidas pretensiones

Fernando Aramburu. Seix Barral, 2014
Después de su magnífica ‘Años lentos’ tenía ganas de leer otra obra de este escritor, y cayó en mis manos esta novela con la que Aramburu consiguió el premio Biblioteca Breve de 2014. Una sátira escrita con el mejor humor, con escenas y personajes realmente hilarantes. La poetada (sic) nacional se reúne en Morilla del Pinar, en el convento de las hermanas espinosas, para celebrar las jornadas anuales de poesía; para los irreverentes, “jornadas en Casacristo”. Y para ello se congrega lo más granado del verso patrio distribuido por aficiones estéticas: los metafas o metafísicos, los realitas; o por inclinaciones sexuales: lesbianas, mariconcillos de playa o de pinar… y sobre todos el vejestorio y ciego don Mateo Gil Salgado con su lazarillo Vanessita Rincón (como dos tortolitos); la Nívea o el pobre Tadeo Balboa que arrastra la dura condena de Amalia Solórzano. Toda una fauna. Muy recomendable para pasar buenos momentos. J.L.R.