sábado, 18 de junio de 2016

I listened hard but could not see

tan contentos de hacer una casa
pasamos días festejando por el mérito
que, en definitiva, todos realizan

alzar una casa, al decir general,
no basta para celebración alguna

mi letra enana en un cuaderno que nadie guardaría,
tu manera de saber qué ropa está limpia,
riéndote cuando te veo revisarla,
una montaña de piedras que no frenan la angustia
de verla derrumbarse

cada vez que pienso en la inestabilidad de todo
un ojo cerrado empieza a parpadear
un sueño que no podría contarle a nadie
demorada en el laberinto

tejés con hilos de agua hirviendo
una prenda que se diluye

al llegar el invierno
no encontrás un charco
donde cobijarte
y el abrigo
era para dos

los que temblamos hoy
temblamos por esto:
yo por ciego, vos
por nuestro error

sábado, 12 de marzo de 2016

Estabas escondida atrás de una botella de vino gigantesca. Después era un bosque de esas botellas de vino. En el cielo tenían hojas. La atmósfera verdosa emborrachaba como si hubiera tomado todas esas botellas y quedara únicamente el vidrio. Al notar esto, el vino desaparecía y podía verte atrás de otra botella. Empezabas a correr entre una y otra hasta que frenabas y te sentabas a rezar. Me acercaba al lado tuyo a rezar la misma plegaria al mismo dios. Íbamos pasando de árbol en árbol haciendo lo mismo. Toda la noche. Sin saber cuál sería el último.

viernes, 11 de marzo de 2016

Nadabas desnuda en una botella de vino. Tu crawl era perfecto. Veía en la estela que completaba tus piernas el camino que yo debía seguir. Frenaste sin aviso y me miraste sin abrir la boca. Había algo en tu vientre que yo entendí sin que tuviéramos que tocarnos. En el próximo vistazo ya nadábamos juntos, pero habíamos olvidado la escena anterior y de tu boca corría un finísimo hilo rojo perfectamente visible en el agua, como la traza de pintura que nunca entendí cómo se mantenía dentro de una canica.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Ella escribía una autobiografía engañosa,
mezclaba su vida con otra y así creaba un mundo
que no existe y del cual depende el mío.
Con miedo y arrojo a la vez
usaba nombres de países imperiales
para referirse a sus afectos. Quien leía
esas páginas y allí se encontraba encerrado
iba proclamándose amo y señor de alguna
de esas tierras. El poema era entonces
un gesto de amor. Quien aparecía
y luego atravesaba la lectura podía ser
el semi dios de una extensión que duraba
cuanto persistiera la burbuja que ella soplaba
con sus manos, con su tinta frágil,
en intención de devolver algo de todo aquello
que impulsó la escritura.

jueves, 18 de septiembre de 2014

¿Cómo estás Mariela? ¿Te dicen Mariela? Tenés un nombre largo, imagino que tenés algún apodo. 
Hoy charlamos desde el stand frente a LdM. Te decía que el primer poema de "PdJ" me había dado una especie de escalofrío porque lo sentí demasiado cercano a la vivencia que tuve durante mucho tiempo de esas carneadas camperas. Hay algo increíble en los poemas. A partir de ciertos elementos ¿inventados? en algún sentido, se logra evocar vivencias que si nos basáramos únicamente en su disposición en el tiempo y el espacio, no tendrían nada que ver, pero en la manera en la que se perciben, sí se vuelven en algún momento como dos imágenes mediadas por un espejo. Sin haber estado en el mismo lugar, con un poema podemos llegar a sentir que sí estuvimos, y eso amplía nuestra experiencia y nos muestra cuán valioso es esto incluso como gesto político, o sobre todo como gesto político. Al insertar algo así como una confraternidad que se reencuentra con los demás y consigo mismos según el signo del poema, independientemente de quién esté del otro lado (y esa indeterminación es la única manera de poder abarcar a todos los individuos de una misma especie), cae todo el fundamento del fascismo, que se sostiene pura y exclusivamente según una distribución jerárquica de la capacidad de intervenir en la realidad. Con la poesía, la vivencia común restituye una base de igualdad que hace demasiado evidente la falsedad de afirmaciones de superioridad. Cumple a su vez una tarea hasta hoy supuestamente contradictoria, conciliar igualdad y diferencia. Si la igualdad es aquello que unifica, que funde, que concentra, la diferencia es pensada como la disolución en partes ínfimas, la fragmentación insalvable, el destino de aislamiento. Pero, si el poema necesita para su real explosión la fusión de experiencias, liberando fuerzas impensables, ¿quién diría que esa diferencia es un efecto indeseado?

lunes, 14 de julio de 2014

Y así se acumulaban en un canasto hueco páginas y páginas sin escribir.

jueves, 14 de marzo de 2013

1
El ansia de la función anunciada durante tres mil setecientos cuarenta y nueve días. Los actores, tanto más ancianos ya, suben a las tablas y apenas si se escuchan sus pasos. Tanta expectativa sube la presión a niveles en que todo podría volar por los aires en cualquier momento. Pas pos pas pos, suben las escaleras. Al levantar el telón de ondas bordó, no hay nadie en frente que salude el evento y el elenco entero muere de súbito.

2
El campo. Tres mil setecientos cuarenta y nueve personas subidas al cerro más alto del pueblo pendientes de la luz. El último rayo que marca la división entre la poesía y la angustia, el amanecer y el resto del día, es el invitado estrella y nadie ahorra temblores en su espera. Entre el penúltimo haz de luz y la noche se extiende una nube infernal que marca el fin de los tiempos. Nadie querría vivir así. Puesto que estaban reunidos, aprovechan el momento y se desbarrancan a sí mismos.

3
¡Emborrachamos al loro! Entre malvones que son el tapado de piel de este jardín mojado, mojado, mojado, el lilium punzó se rehúsa. "¡Arriba, arriba!", canta el ave, y no. Entrenamos un ave para erguir al lilium punzó, y no. Si sabe hablar, sabe entender. Está advertida: de no lograrlo, no vivirá. Pasan tres mil setecientas cuarenta y nueve noches hasta que la nuestra paciencia ya no puede estirarse. Los tensores del alambrado han dado una temerosa vuelta extra que dañó el delicado metal hasta el fin de su fatiga. En el latigazo con que se sacude es muerto el loro. Lloramos junto al límite borrado de nuestra tierra que es maldita por las sales de cada gota infectada que se derrama en la bronca.

4
La intemperie sin fin busca refugio en el río. "Vení, te voy a mostrar mi cascada". "Vení, en esta profundidad no vas a hacer pie". "Vení, cuando te hunda te vas a quedar sin aire". Pero el cauce se llena de arena, la cascada es un invento humano que se vuelve ridículo en medio del paisaje, y hace tres mil setecientos cuarenta y nueve días que no llueve. ¿Quién lo diría? Justo entonces me morí y te dejé en el sitio al que yo quería volver, pero que ya no existía más. Vuelvo irreconocible.

5
"Vas a ver cómo el cielo estrellado deja de ser cielo y ante tu cuerpo se convierte en una sola estrella que se te acerca, te quema entera y te devuelve sin marcas por fuera de la piel". Tres mil setecientos cuarenta y nueve intentos y nada. Nada de nada. De nada. Nada. Nada. Una cúpula espantosa, monótona, sin brillo. Te cuesta tanto ver esa pintura de la falta que... te morís. Deposito mi cuerpo al lado del tuyo y empiezo a rezar. Si Dios viniera, él te poseería y me haría muerto. El misterio de la religión sumaría entonces un capítulo, el último. Las campanadas de la hora del juicio no toman por sorpresa a ningún ente siniestro.

jueves, 21 de febrero de 2013

Dijimos que en el amor, si no nos planteábamos un objetivo a seguir, no lograríamos nada. Con el tiempo fuimos viendo cómo se nos hacía imposible realizar cualquier plan. ¿Quién podría decir que no logramos, sin embargo, algo? Pudimos arrancarle, como ladrones inexpertos, el pésimo sabor del fracaso al surtidor de la apatía. Teníamos una historia.

lunes, 28 de enero de 2013

Deseo el silencio. Pero no por desprecio del ruido. Es que solamente alguien de incuestionable virtud sigilosa puede escapar en medio de la noche y convertirse en adúltero, en transgresor criminal que vuelva con la boca llena de sangre y propicie el beso del delito con la excusa de no haber sido percibido. Tu beso culpable, viajante de la noche, tu abrazo con restos de otro cuerpo sensibilizándome con las astillas de la prohibición violada. Deseo la huida, el horizonte de la pérdida no puede faltar, porque ¿qué valor encontramos en quien no tiene otra opción más que quedarse? La lujuria que se mantenga contenida en su recipiente, ¿quién, por Dios, quién, la quiere?

miércoles, 23 de enero de 2013

El emperador dice: quiero pasto, quiero ovejas, dientes de león, quiero torre y quiero viento. Tiene ovejas, pasto, torre y verano con viento. 
-Dientes de león no encontramos, señor. En esta tierra los leones son invisibles y ningún ciego sobrevive al desbarranco, nadie que divise al león y lo señale con un palo, nadie que elija colmillo, molar, nadie que ponga en una bandeja su mandíbula.
El emperador:
-Flores, quiero esas flores. Los leones de verdad no existen más. Ya los quise antes.
-Tampoco quedan flores. Ya las quiso antes.
Subido a la terraza, entre las cornisas de ladrillones, decide matar ovejas.
-Sí, señor.
La lana podrida, vista desde arriba, forma sus pequeñas flores de campo, volando, toda para él.

jueves, 17 de enero de 2013

¿Qué condena pueden dar por nuestros pecados a los que ya nacimos malditos? ¿Somos para siempre?

jueves, 15 de noviembre de 2012

Quien hoy bese mi boca tragará culposo la espuma de esta rabia.

martes, 25 de septiembre de 2012

Me muerdo el labio a la altura de tu cuerpo y sangro.

martes, 14 de agosto de 2012

Después de mucho tiempo de memoria constante, cuando alcancé el olvido no supe reconocerlo.

lunes, 13 de agosto de 2012

Soñé
de tanto amar un cuerpo cuya cabeza en llamas pende frente al sexo
como la mítica hoja de parra
sueño que mi hermano pequeño
esa promesa de amor
lo logra

que su cuello se desprende del tronco
al tiempo que soy un animal

estoy pescando
consiguiendo un alimento que vitaliza más con su lucha que con su carne
y a mi costado escucho caer la cabeza de mi hermano menor, promesa,
como envenenada
sonriente

trato de chupar de sus venas la muerte como chupando sin éxito la mordida
pero ya está hecho

hay victorias que sí son definitivas
y de ellas brota el valor como una planta adentro de una planta
es capaz de comer el sol que la otra comió antes

¿qué decirle? ¿cómo explicarle que a sus tres años
logró lo que yo nunca?

mi padre entra en escena y dice: "tu tío sabe"

pasa la pelota a otro pariente como lo haría un gran jugador
y sigue su tarea
como si siempre hubiera estado al tanto de lo que sucedía a su costado
en ese campo que ofrecía esta playa llena de tabiques formados por cortaderas
donde nadie podía verse si estaba en otro costado

la cabeza calma de mi hermano pedía a la desesperada mía que lo dejara descansar ahí
caída sobre la arena

mi tía confesaba sin asomo de pena
que quien había sido mi prima nacida de su vientre
había muerto igual
de pronto
sin dolor

había pasado eso pero el tiempo no se detenía
con las plomadas en el fondo y la carnada fresca la pesca no podía frenar

tanta costumbre de clavar una mojarra viva en un anzuelo
de sentir un tirón y echar la caña atrás
sintiendo subir la adrenalina
merecía también el respeto de quien es capaz de no acobardarse ante el pique
haya lo que haya al final de la línea

***

la herida revela sin pudor
que dentro de la piel hay carne roja
sustrato animal que sin la herida
sale a la luz en el calor
de la lengua que la chupa

***

El montón de plumas pareció caminar. Pasado el miedo comprendí: se estaría formando un pájaro que nace de otra manera. Me dejé estar, como quien mira una obra conocida desde un costado, esperando encontrar el detalle perdido. Luego, retomar la contemplación y ver todos, todos los miembros del pájaro listos aunque despegados.
Comprendí: la fantasía recurrente nunca está terminada. Por eso vuelve.

*Buey desollado (1925), Chaïm Soutine

jueves, 5 de julio de 2012

Caminante, no hay camino.
fueron las bombas. Sus explosiones

pusieron los escombros
con los que tropieza la tropilla
de tus carruajes, caminante
no hay camino. De tanto pasarnos al lado
sin decir ni adiós, hubo un resentido,

un sensible resentido notando que nada
valía la pena en esa hilera rerecorrida.
Caminante, te has ido,

nos queda tu falta, nos queda la maleza
sobre la que nadie aventura repetir el paso
nadie que deambule idéntico una y otra vez
para que, lentamente, la estela sea huella,
la huella rumor, y el rumor camino
para que vuelvas. Caminante
has muerto y no paramos de llorar en
este vergel sin la caricia de tus pies
lavados por el Cristo.

sábado, 26 de mayo de 2012

El 'sentido' es algo tan extraño. Hay quienes dicen que no podrían soportar una vida que no tuviera sentido, y cuando pensamos en qué tendría de distinta una vida con sentido de aquella que carece de él caemos en la bufonada wittgensteiniana de tener en frente dos cosas que son distintas solamente porque no son la misma. Es como sumarle el cero al uno. Distinto es garabatear números o colores alrededor, dotando la cifra de un adorno arbitrario, caprichoso, soberano en su autoridad indelegable. El sentido, por lo pronto, parece una suposición más. Algo que se agrega cuando el deseo de fondo es meramente agregar, y el miedo a agregar algo sensual obtura la pasión creadora. El sentido es la solemnidad con la que se pretende decorar la fuga y que, como la armadura de Goliat, lamentablemente obstaculiza el movimiento.

viernes, 18 de mayo de 2012

me hipersensibilizo
costo: coquetear con la muerte
como cualquiera coquetea con quien puede
ganancia: conciencia absoluta
de que nadie siente como yo

soy el jinete de la piedra
que me va a romper la cabeza
mi cuerpo goza montando
el asesino que es él mismo

todo está bien
y lo importante ocurre en otro planeta

miércoles, 2 de mayo de 2012

El cuerpo desnudo de la princesa flotando ondulado y sin vida río abajo fue la bandera blanca que ninguno se atrevió a flamear a lo largo del combate.

martes, 6 de marzo de 2012

Todo es búsqueda de un pathos infinito. La experiencia poética desea perpetuarse, encerrando en su pretensión la idea misma del fragmento. Se sabe neófita y teme su caducidad. Mira hacia atrás en el tiempo buscando modificarlo y anuncia el porvenir con el patetismo que no confiesa nadie al momento de dudar. La persecución es la del quiebre, sólo a condición de que sea definitivo, un salto al mar como quien salta de un barco liviano: sabiendo que lo que lo sostenía saldrá impulsado en la dirección contraria. La experiencia narcótica, por su parte, comparte características estructurales asombrosas. El momento pleno no puede acabar, pero la plenitud siempre estuvo cercada por el horror a su fin, el pavor desmedido de la amenaza permanente. Poesía y narcóticos irrumpen en la homogeneidad pegajosa del día a día provocándole una herida. Montados en el borde afilado de esa daga, hacemos votos en pro de una amputación, queremos sacar la materia que formaba esa carne uniformemente constituida, queremos el vacío de lo desconocido y la afirmación de que no se repetirá lo que hubo. Logramos acceder a esa posición privilegiada. El éxtasis es logrado, es hecho, y en su reflejo en la conciencia surge el deseo de erigirlo rey. Rey Éxtasis. Pero acaba, cerrando así todo el frenesí. El final es el paño que cubre el cuerpo del amado. La desesperanza, estampada en esa tela, es lo último que se ve a medida que el cuerpo se sepulta.

sábado, 21 de enero de 2012

Cuando quise hablar de las cosas, lo único que ocupaba lugar adelante mío eran metáforas. Una vez impuesta la tarea de encararlas, no por voluntad sino por haberse vuelto inevitable, las metáforas mutaron en cosas que miraban hacia otro lado.
De la misma manera en que un hallazgo lleva al siguiente con la soga del destino, la escritura sagrada cava grietas en la página e impide que la tinta se deslice por surcos distintos a los que ella misma inaugura, mancha la hoja, y la tarea de borrar termina por silenciarlo todo.
El proyecto actual requiere lecturas y meditación como propedéutica imprescindible. En el mejor de los casos, la pena será lo suficientemente satisfactoria como para valer el sufrimiento que provoque, valdrá la pena escribir ese libro.

sábado, 17 de diciembre de 2011

vino porque no puede venir

lunes, 5 de diciembre de 2011

El amor también golpea la puerta desde el lado de adentro.

lunes, 21 de noviembre de 2011

En un extremo, la megalomanía del horror, todo lo desmedido que acecha y siempre cobra sus víctimas, o moriría desnutrido bajo el peso de su propia voracidad. En el otro, el minimalismo de la supervivencia, el diminuto suelo íntimo que apenas dura unos segundos, la respuesta provisoria deslizándose como el grito inútil frente al zarpazo, voz que se hace escuchar sabiendo que ya no hay tiempo. La soga que los vincula es por sí misma metáfora suficiente.
 

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