Entré en aquella rotonda muy despacio, iba en segunda. En un acto reflejo miré por el retrovisor exterior izquierdo y vi mi coche...¡No era posible!... Era mi coche y al volante estaba yo...
Pensé que aquello no podía ser real, un juego de mi mente quizás y así, convencida, volvía a mirar de nuevo, con la cierta seguridad de que no vería nada...
Pero allí estaba, idéntico a mi coche e idéntica a mi misma.
Puse el intermitente derecho y detuve mi coche en el estrecho arcén. Pulsé el botón de precaución y me limité a observarme a mí misma haciendo aquella rotonda anodina una y otra vez.
Noté un calor húmedo en mis mejillas y cerré los ojos para no verme. Fue en ese instante cuando esuché tu voz tan cerca y tan clara como si estuvieras allí, pegado a mi lado, en el asiento del copiloto.
- ¿Por qué he de dejarte marchar?
Y mi voz te dijo: "Porque es lo mejor para los dos".
Pero no me dejaste ir nunca. Siempre hiciste lo que quisiste y esta vez no iba a ser distinto. Nadie mandaba en ti, eras demasiado testarudo, demasiado.
- Cuanto más te resistas, más fuerte sujetaré tu mano, la apretaré con fuerza ¿Acaso no te das cuenta de cómo se aferra a la mía!
Y más terca que nunca me desasí y comencé a caminar altivamente, dando zancadas cada vez más largas, cada vez más deprisa, alejándome de ti y deseando al mismo tiempo, desesperadaemente, ansiosamente, que vinieras tras de mí , que me sujetaras por la cintura, obligándome a darme la vuelta y que me abrazaras y que me besaras para siempre..
No ocurrió.
No fue orgullo. No. No te confundas.
Solo fue miedo, fue el temor irracional de ser dañada.
Igual que el ignorante trata de ocultar su desconocimiento, imponiendo violentamente su erróneos argumentos. Sí, así yo ocultaba mi miedo..
El coche acabo saliéndose por el margen derecho, chocando con el bordillo y volcando sobre una isleta.
Para entonces ya había anochecido y la luz de una brillante estrella alumbró milagrosamente la escena como si de pronto estallase un bonito fuego de artificio.
Igual que un violento estruendo nos saca de una espiral viciosa y nos hace reaccionar al actuar sobre nuestros neurotransmisores...
Mis pies habían rozado con la punta de los dedos el fondo y mis piernas se flexionaron y se impulsaron con fuerza hacia arriba........