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viernes, 24 de noviembre de 2017

OBRA


Por un mundo sin violencia de género... 25 de noviembre ni una víctima más.









Ella era un libro donde él escribía sus frustraciones.
Sobre el rostro perfilaba la ira.
En la verticalidad de su carne, renglones de rabia.
Al fondo de la mente alojó su propia cobardía.

Ella enmaquetaba y adornaba cada estrofa que él plasmaba.
Hasta que una voz le gritó: ¡Basta! 

Recopiló todos los versos firmados por él, y tomó la decisión de hacer pública la obra.
Se recibió
con gran revuelo y expectación por parte del autor...
A lo que ella sólo pudo aludir:
"Porque yo también Te Quiero"
© Auroratris











jueves, 16 de noviembre de 2017

ROPAJES






Cruz donde te encierras con la seguridad vencida,
cerrando los ojos para aspirar el aroma del pecho que te acoge.
La cafeína de un beso se posa en tu cuello… nudo que aflojo,
venda bendita entre tus manos.
Galopa mi respiración a tu espalda donde retumba tu risa,
mi nombre y tu voz.

Ropajes desarmados a los pies de los amantes.
La blonda escogida a la altura perfecta,
Cruje la organza de mi carne cuando la tientas.
Dame y dime cómo acallo este decoro mal disimulado.

Me consientes,
como capricho que soy,
jugando con la prenda de tu piel.
Dádiva es tu persona bajo el influjo de mi mirada…
ráfaga de sueño soy yo ante la tuya…

Cubre-te-me
y
seamos-nos.

©Auroratris          





                                                                                                     



sábado, 11 de noviembre de 2017

ALIENTO







Momento Sacro cuando cae tu aliento sobre mi espalda,
Alimento que embauca al mío, 
melaza y jugo que me encarama
a lomos de tu estrella.

Terminada la noche será el prendedor en mi pecho.
El perfume que embriague el pulso latiente 
en la hipérbole de mi cintura.
Argamasa en los pliegues de mis ingles,
donde el surco se encalló al fallecimiento de mi voz.

Débil hálito haciéndose hábito en mi piel,
Reclamo de mi boca, en mi boca...
Seda guardando mi sueño.

El peso de tu resuello en la balanza de mi cuerpo
será el cobertor permeable que inunde y florezca en mí.

                                                                                                                   
©Auroratris








miércoles, 8 de noviembre de 2017

SIBILA



Hay mujeres que tienen un halo especial, 
haciendo especial todo lo que toca y todo lo que mira.








En los bolsillos de un desierto se esconde un viento,
ululando un nombre en lengua extraña.
Sobre la arena una Dama graba su huella,
liberando oraciones con cadenas y alas.

Bajo el influjo de este plenilunio
posa su místico manto de versos,
y aquél que descifre su verbo
será el elegido para un arrebolado momento.

Rasga su grito en un cielo negro.
Ondeando su bandera de Maga o Hechicera.
No hay pecado viperino que envenene la palabra,
ni Alma ni Mortal, que ella no invoque para iluminar.

©Auroratris






lunes, 6 de noviembre de 2017

REFLEJO



"A una gran mujer que marcó mi vida... 
hoy es un buen día para recordar-te"







Me reflejo ante tu añosa imagen,
licuada al otro lado del espejo...
La pequeñez de mis manos, las tuyas
sujetando una mueca de asombro.
La sonrisa congelada, la tuya
todavía repiquetea en los albores de mi madurez.

La réplica de mi nariz, la tuya...
me trae tu sonata ante mi diversión,
llamándome malcriada.
La amabilidad en mi mirada, la tuya
y las gentes me hablan de ti...

Rememorar el estío en tu cuarto.
Me colaba
mientras peinabas tu melena de Plata...
Suplicaba un trenzado infantil.
Y tú me bufabas soberana...
Yo adoraba tu porte aguerrido de una tribu legendaria.

Quise tu fuerza y tú...
Tú sonreías desdentada
a aquella niña fuera de su tiempo y de su estampa.

Hoy te encontré en mi reflejo...
.



                                                       ©Auroratris         











                                                       

martes, 31 de octubre de 2017

WHITE CAT


Mi guiño a Edgar Allan Poe, el Maestro de lo psique.






Yo tenía un gato albino. Era de pocos amigos, creo que no se llevaba bien ni con él mismo. Tenía unos ojos azules imponentes, aun gustándome ese color, en él me causaba desasosiego. Su pelaje tenía una peculiaridad, a veces se podían divisar unas pequeñas manchas de color beige, más que manchas, parecían rostros, sí… algo así. No siempre se apreciaban. En ocasiones nada de ello estaba.

No recuerdo ni cuando ni cómo llegó a casa. Sé que un día apareció y desde entonces ocupa el rincón derecho de la chimenea. Desde allí me estudia, así me siento, estudiado por un felino. Me inquieta su inexistente parpadeo, el clave de su mirada en mi figura siguiendo mis gestos. Debo de estar volviéndome loco, pero juraría que hasta mueve la boca como articulando palabras inaudibles a mi oído.

Hace unos meses estuvo fuera durante una noche. Me sorprendió ya que desde que se instaló aquí no había salido ni una sola vez. Pensé que le entró la necesidad gatuna de perseguir por los tejados a alguna gata. Cuando desperté al día siguiente, allí estaba, a los pies de mi cama y con cara de pocos amigos. De repente se abalanzó sobre mi rostro marcándome la cara de lado a lado. Nunca antes lo había hecho. Gato extraño pero pacífico.
Aquello se infectó y me lo empezaron a tratar en el centro de salud. Cada día era más aterrador, una pústula que no consiguen cicatrizar preocupando lo que estaba naciendo alrededor, unos pelos blancos y tiesos.  

Desde hace unas semanas ambos hemos cambiado. Ahora soy yo el que se sienta junto a la chimenea y le observo cómo se maneja por la casa. Ha aprendido a caminar sobre sus patas traseras, a coger cosas con las delanteras, se ha humanizado adoptando el tono de mi voz. Sin embargo, yo me dedico a olisquear y observar, ya no salen palabras de mi boca, cuando quiero llamarle sólo nace un maullido que me apresuro a acallar. Eso no es todo, lo peor es que cuando me trae la comida puedo comprobar mi rostro entre su pelaje.

A día de hoy, el arañazo continúa en mi cara, tengo conciencia de lo que fui. Un humano que tenía un gato, pero ahora mismo lo que creo es que el gato me tiene a mí.


©Auroratris     


                                                                                                                                     

jueves, 19 de octubre de 2017

RUNA







Que sea yo la que provoque el bullicio de tu sangre,
que esta se arremoline en las arterias como si fuese un maremoto
provocando el colapso de tu oxígeno.
Que tu piel se encienda bajo la batuta de mis yemas,
acelerando su exude y postergando su recuperación.

Sí,
que sea yo la dueña de ese aire
que lleva la imagen a tu mente,
trazando las curvas más relevantes
donde el estrellarse sea sueño y no pesadilla.
Donde el suicidio no sea pecado
y esa muerte nos renueve en cada amanecer.

No,
que no acabe la tintura de los besos,
ese indeleble tatuaje
que deja los restos de un veneno,
haciéndonos adeptos a su sabor y su calor.
Como reyes engañados con la vestimenta invisible
a los ojos del mundo…
deja que sea yo,
la que vista tu cuerpo de runas imborrables
en la escafandra del tiempo.

©Auroratris