Y tras
tantos intentos...
Nuestro Ángel
se estrelló
contra la
ventana.
Aquella que
recibía
la mirada
velada de los profetas.
Cayeron sus
plumas
sobre
nuestras cabezas,
como una
lluvia de
"No me
olvides"...
Bonita flor
para un invierno tardío.
No culpemos
al color de sus alas,
porque no
hay caídos
ni
desterrados,
Cuando
nosotros mismos
fuimos
dueños de los sentimientos.
Ay, de ese
corazón adolescente
ocupando la
tierra de Lot.
Ay, tan
galopante atravesó la fibra...
Tan
destructor cuando la Abandonó.
© Auro