Foto tomada de Internet |
Agua
cristalina que me empapa en mis mañanas cayendo en cascada por mi piel, siento
como resbalan sus gotas por mis mejillas como si de hormigas a la carrera se
tratase. Envuelta en el líquido elemento me dejo seducir por la caricia que
deja como suave aleteo de mariposa. Regueros que desalojan mi sed.
Beber, dejar
que entre en mi interior arrastrando toda la sobriedad de mi garganta hasta el
punto de aclarar mi alarido. Fundirse en mis cabellos, en mis pestañas… deslizándose
con precipitación en mis confines. Erótica humedad que se fusiona con mi
cuerpo.
Jugar con su
transparencia en mis manos y verla correr entre mis dedos a la velocidad de un
beso. Me envuelvo en su estado licuo consiguiendo la perfecta fusión que se
adapta a mis formas. Agua que al caer recrea el sonido de la lluvia fresca de
primavera, ensordeciendo y enmudeciendo mis pensamientos.
Coreo una
canción para someterla a mi ánimo y ella fluye con más fuerza acallando mi voz.
Su calima me envuelve y acoge sin dejar que la fría brisa erice mi lienzo
absorbiéndome y dejándome absorber en perfecta simbiosis. Sereno manantial que
oxigena mis sentidos regalándome su calma.